Una vez más, uso la escritura para ordenar mis ideas, reflexionar en silencio, y permitir a mi hija que mañana pueda descubrir qué se le pasaba por la cabeza a su padre por estas fechas si ese fuera su deseo. Empezaré por las obviedades, no sólo no me considero en posesión de la verdad, si no que creo firmemente que es imposible encontrarse por completo con ella. Entiendo la Verdad como un camino y no como un destino. Mis reflexiones responden sólo a una experiencia vital y profesional muy concreta, y sólo podrán aspirar a servir como un punto de apoyo más para llegar a conclusiones generales más o menos certeras. Para continuar están en su derecho a desconfiar de mí, no se lo he dicho aún pero soy empresario. Además vocacional para más señalamiento, me apasiona idear negocios, crear un equipo e intentar hacerlo crecer. Algún extraño impulso creacionista y hasta cierto punto masoquista, me ha hecho soñar con crear empresas desde que tengo uso de razón. Mi punto de partida nunca fue có
Escribo este artículo con un ánimo únicamente introspectivo y constructivo. No pretendo convencer a nadie de nada con mis reflexiones, soy consciente que cada uno tiene su vida y su prueba, que cada visión del mundo es única, necesaria y dependiente de innumerables experiencias vitales. Por eso la sabiduría siempre está repartida, y a lo más que puedo aspirar es a ordenar lo mejor posible mi forma de entender este momento histórico. Últimamente es difícil no leer o escuchar críticas al gobierno de España y a la clase política en general. Es triste hacer el ejercicio de compararlos con la clase política que forjó la transición en nuestro país y sentir que el nivel intelectual, cultural y político ha decaído de manera notable. Pero... ¿Son ellos los culpables de nuestra deriva? En mi opinión, rotundamente no. Veo la clase política de un país como una consecuencia y no como una causa, siempre he pensado que la clase política representa a la sociedad de la que emana, y que cada país tiene