Esto es una especie de carta a mí mismo en el futuro. Comencé a trabajar muy joven por necesidad, pero desde siempre he trabajado con objetivos muy claros a largo plazo: Rebajar la intensidad de trabajo a partir de los 45 años con la autonomía financiera suficiente, y a partir de ahí, dedicarme de lleno a la filantropía, estudiar, viajar, y disfrutar de mi familia. La única labor profesional que me gustaría mantener a partir de esa edad es la de invertir en emprendedores como business angel y/o colaborando con alguno de los VC con los que me pueda sentir identificado por los valores que transmiten sus promotores. Me fascina la idea de echar una mano a buenas personas y profesionales que quieren llevar a cabo proyectos que les ilusionan y con los que yo también pueda aprender, pero ahora que tengo fresco lo que supone buscar inversión y reunirte con inversores, me he obligado a escribir esta carta para poder leerla en el futuro con algunas indicaciones que me gustaría record...
Tecnología y Filosofía: Reflexiones sobre presente y futuro de la Humanidad.